Higiene bucal
Consejos para llevar una correcta higiene bucodental. Nosotros te decimos cómo lo tienes que hacer
La mejor forma de evitar los problemas dentales y bucales pasa por llevar una correcta higiene bucal. Más que 'algo que tenemos que hacer' se tiene que convertir en un hábito que realizamos en nuestro día a día casi sin darnos cuenta, igual que vestirnos, peinarnos o irnos a la cama cuando tenemos sueño. Es muy importante adquirir estos hábitos desde muy temprana edad, prácticamente desde la niñez, ya que así se evitarán muchos de los problemas que aparecen durante la adolescencia y la madurez. Nuestros profesionales te darán consejos personalizados de cómo llevar una correcta higiene bucal durante tu visita a nuestro centro, aunque aquí también te proporcionamos una pincelada de los aspectos más importantes que tienes que tener en cuenta:
CEPILLARSE LOS DIENTES A DIARIO
Es importante que después de cada una de las comidas principales, tres veces al día, cepilles tus dientes para eliminar los restos que hayan podido quedar entre las piezas dentales. Esto evitará la aparición de sarro, el oscurecimiento del esmalte y el mal aliento. Aparte de los dientes, es importante que también cepilles las encías y la lengua.
USAR HILO DENTAL
En algunas ocasiones puede que el cepillado no elimine por completo los restos de comida que se han incrustado en la dentadura y por eso también es importante que trates de eliminarnos utilizando el hilo dental. En esta ocasión, no hace falta que lo hagas después de cada comida pero si por lo menos una vez al día, por ejemplo antes de irte a la cama.
USAR ENJUAGUE BUCAL
Consulta a nuestros especialistas por el enjuague que es más apropiado según tu edad y características de tu boca. El colutorio, aparte de proporcionarte un buen aliento (el llamado aliento fresco) acabará con las bacterias de los alimentos depositadas en la boca y prevendrá las conocidas como enfermedades periodontales (de las encías).
VISITAR A UN DENTISTA
Te recomendamos que visites a tu dentista de confianza una o dos veces al año, para asegurarte de que tu boca está en perfectas condiciones y realizar los tratamientos que sean necesarios.